martes, 24 de mayo de 2011

Mírame en tercera persona.

No se como empezar a escribir, no se como decir que sí. No se, como es costumbre, que quiero decir; no se como mirarte y no se como hablarte. No se como me siento y no se. 

Se, eso sí, que mi cabeza da vueltas y que el sentimiento de incertidumbre me hace sentir yo. Como lo hace querer quedarme hasta que la noche se acaba, perdiendo el tiempo, mientras los demás aprovechan sus vidas... durmiendo. 

Se que quiero que tu voz se acerque a la mía y se que quiero buscarte una de estas noches de insomnio. Hablarte tan de cerquita que no tenga que producir sonido alguno para que me escuches.

Soy un demente iracundo, obsesivamente odioso, recalcitrantemente egoísta y fervientemente excesivo, como cualquier otro humano. Se que si te viera ahorita no sabría que decir y no se cuanto me demoraría en formar un pensamiento medianamente coherente en mi cabeza.

Se que en noches como esta quiero hablarte, pero no se de qué; se que me aburro fácilmente y las personas no son una excepción a esta regla. Que cada nota que suena puede hacerme feliz, lo se. Pero, ademas de todo, se que es todo mucho más llevable desde que trato de imaginar tu voz hablándome a través de ceros y unos. 

No soy capaz de imaginarte cerca y no soy capaz de no sonreír estúpidamente, cada vez que lo logras.

Efectivamente, se que no se; pero puedo imaginármelo.

lunes, 16 de mayo de 2011

Apacible gracia.

Inhalo y exhalo, tan lentamente que el mundo parece desaparecer frente a mis narices.
trato de encontrar una imagen a la cual aferrarme fuertemente, pero al parecer no lo logro, y vuelvo e inhalo,  como anoche, como las ultimas noches.

Adentro, la calma reside; a fuera, la vida revolotea. Y de nuevo son tus ojos, los que aparecen en una noche de rocío apacible, de elegante sensualidad. Unos cuantos sonidos que te recuerdan, me envuelven en tu magia. Es la noche quien hace el resto.

Se, desde muy en el fondo de mi alma, que todo es incierto, pero nunca antes me había sentido tan tranquilo con semejante incertidumbre. No importa quien cante, yo solo encuentro resguardo en mi oscuro ser, en mi desvariado corazón. ¿Como puedes apoderarte de mi cabeza, con tan sutil pretensión?¿como huir de tal accidental atracción?

La noche toca su canción, y es mi soledad quien la tararea en su interior. Vuelve el juego de la seducción, vuelve ese deseo de desaparecer en medio de la nada, para encontrarte a lo lejos, en mi interior.

martes, 3 de mayo de 2011

Gritaré cada que pueda.

No me importa. No me importa. No me importa. En definitiva, no me importa. Soy un sujeto emocionalmente suicida. Un kamikaze de la tranquilidad emocional. Y, bueno, si ha de ser será.

Me atemoriza todo y soy un cobarde, disfrazado de tímido y pocas veces me desprendo de lo que soy, tomo valor y grito lo que quiero. Pero hoy debo decir que desde hace días pienso mucho, pienso en como será una noche sin calmar las penas, como podría mirarla directo a los ojos sin un velo virtual de por medio. piensos en sus palabras sonando directamente de su boca. Pienso sobre todo en su calma al sonreír, en su vida a respirar.

Sí, este grito desesperado es una forma de decirle que paso noches enteras pensando mas de lo que debería en ella. Una forma de decirle a ella, a vos, a ustedes, a mí, a quien quiera que sea, que pienso en sus suspiros cada que sin querer se me escapa alguno a mí. Y lo digo fuerte, para que esta noche irrumpa en su ventana y llegue hasta sus oídos; esto es raro, pero divertido.

Tal vez ella no lo quiera escuchar, tal vez ella se asuste al escucharlo, tal vez prefiera pasarlo por alto; o puede que tal vez, solo tal vez, yo esté equivocado.

Con mi voz de fanático, demente, posesivo y desesperado, le digo que no soy nada de eso, o por lo menos no mucho. Pero es increíble como con tan pocas palabras, tan pocas miradas, tan pocas noches; ella logra atraparme ahí, en su mundo, en su vida, en sus encantos de lunes pasada la media noche.