martes, 24 de mayo de 2011

Mírame en tercera persona.

No se como empezar a escribir, no se como decir que sí. No se, como es costumbre, que quiero decir; no se como mirarte y no se como hablarte. No se como me siento y no se. 

Se, eso sí, que mi cabeza da vueltas y que el sentimiento de incertidumbre me hace sentir yo. Como lo hace querer quedarme hasta que la noche se acaba, perdiendo el tiempo, mientras los demás aprovechan sus vidas... durmiendo. 

Se que quiero que tu voz se acerque a la mía y se que quiero buscarte una de estas noches de insomnio. Hablarte tan de cerquita que no tenga que producir sonido alguno para que me escuches.

Soy un demente iracundo, obsesivamente odioso, recalcitrantemente egoísta y fervientemente excesivo, como cualquier otro humano. Se que si te viera ahorita no sabría que decir y no se cuanto me demoraría en formar un pensamiento medianamente coherente en mi cabeza.

Se que en noches como esta quiero hablarte, pero no se de qué; se que me aburro fácilmente y las personas no son una excepción a esta regla. Que cada nota que suena puede hacerme feliz, lo se. Pero, ademas de todo, se que es todo mucho más llevable desde que trato de imaginar tu voz hablándome a través de ceros y unos. 

No soy capaz de imaginarte cerca y no soy capaz de no sonreír estúpidamente, cada vez que lo logras.

Efectivamente, se que no se; pero puedo imaginármelo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario