No entiendo como puedo discordar de manera tan directa y fuerte, sin dejar de ser lo que acostumbro a ser.
No encuentro la razón de tal desface, de tan dolorosa e incomoda necesidad de desencontrarme constantemente, y trato de hallar una explicación.
Un sí, un no y un no se como resultado. Del negro al blanco, recurrentemente me quedo con el gris. No importa cuanto choque, que tan fuerte sea o cuanto lo intente reprimir, la historia siempre se repite. Son dos fuerzas, tan mías, tan propias; pero tan opuestas.
Un yo contra otro yo. La difícil decisión de escoger entre uno u otro, o el difícil proceso de seleccionar lo mas conveniente de los dos.
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